Idea y Orígenes / Historicismo

Contenido:

Idea y Orígenes

El Castillo de Neuschwanstein – una creación nueva del Historicismo

Imagen: El Castillo de Neuschwanstein

 

Los planos para el Castillo de Neuschwanstein, que tomaban como modelo los dibujos encargados por el rey Luis II de Baviera a Christian Jank, fueron realizados por el arquitecto e inspector superior de obras públicas, Eduard Riedel, que ya había acondicionado el castillo de Berg para el padre del rey entre 1849 y 1851. El estilo se fue transformando en los dibujos de Jank, adaptándose a los deseos del rey, pasando de ser, en un primer momento, un pequeño castillo de caballeros conquistadores con detalles del gótico tardío a un castillo "románico" monumental, cuyo edificio palaciego de cinco plantas recuerda a grandes rasgos al castillo de Wartburg.

Por lo tanto, Neuschwanstein, que curiosamente hoy en día encarna en todo el mundo el prototipo del "castillo medieval" por excelencia, no es una copia de una construcción histórica cualquiera, sino una creación nueva en su composición, característica del Historicismo, que presenta motivos arquitectónicos procedentes del castillo de Wartburg y de representaciones de castillos de las pinturas miniadas medievales.

Es significativo que el proyecto de Jank fuera objeto de críticas referidas a su fidelidad histórica. El pintor Michael Welter, que había sido recomendado al rey como históricamente exacto por el alcaide del castillo de Wartburg, se ofreció a suministrar para Neuschwanstein los "detalles necesarios" siguiendo modelos románicos y advirtió que el proyecto final de Janks "levantaría las más enconadas y duras críticas." El secretario de la corte, Düfflipp, rechazó las propuestas de Welter en una carta del 21 de noviembre de 1871 con los siguientes argumentos:

"Por soberano deseo de Su Majestad el Rey, el nuevo castillo debe ser construido en estilo románico. Puesto que en el presente escribimos el año 1871, hemos sobrepasado, por tanto, en siglos el periodo aquel en el que se erigía en estilo románico, y no puede caber la menor duda acerca de que los progresos alcanzados en el campo de las artes y las ciencias en este intervalo de tiempo también beneficiarán a la emprendida fábrica. – Con esto no he querido decir que nos permitamos cambios en el estilo que alteren su carácter, pero tampoco quisiera dar a entender que queramos trasladarnos al tiempo antiguo y renunciar a una experiencia que seguramente hubiera sido aplicada de haber existido entonces."

 

 

Imagen: Lecho imperial

Dormitorio: Lecho imperial en madera
de roble tallada por A. Pössenbacher
Foto: Bayerische Schlösserverwaltung

En el Historicismo se formulaba constantemente "la idea de culminación", es decir, no simplemente copiar el estilo histórico, sino de "ultimarlo" usando todos los medios modernos artísticos y técnicos disponibles. Por eso, la típica combinación de técnica constructiva moderna con formas decorativas y constructivas históricas no se consideraba, en absoluto, como una contradicción. Luis II actuó según esta premisa, y así el Castillo "románico" de Neuschwanstein presenta una modernísima cocina, calefacción de aire caliente y ventanas industriales herméticas de metal.

El exterior del Castillo, tras la supresión de muchos de los detalles pintorescos de los bocetos de Jank, fue tomando formas cada vez más severas bajo la dirección de Georg Dollmann, sucesor de Riedel desde 1874. El carácter casi sobrio se verá reforzado por la forma simplificada de las partes finalizadas después de 1886.

Julius Hofmann, bajo cuya dirección de 1886 a 1892 la construcción alcanzó un cierto grado de terminación, (generalmente según los planos de Riedel), proyectaría, siguiendo los gustos del rey, toda la decoración interior "románica" de Neuschwanstein junto con todo el mobiliario. Únicamente el Dormitorio, según un borrador de Peter Herwegen, y la Capilla presentan un estilo "gótico tardío", con muebles que en sus formas "historicistas" difieren claramente del neogótico biedermeier de Hohenschwangau.


 
Software de asistencia Eye-Able